Me encantan los caligramas, y mi compañero de trabajo, Sabino, (sin saberlo), en lugar de hacerme una dedicatoria convencional de despedida, en un tarjetón, se le ocurrió hacer este caligrama.
Está hecho a pulso, con un rotulador azul.
La espiral es perfecta, parece realizada con un compás o con falsilla, pero no.
Me gustó tanto, que hizo otro parecido, más grande y lo imprimieron mis compañeros en una camiseta, que me encanta ponerme, sobre todo cuando quiero que me suba la autoestima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario