El modelo procede del taller de abecedarios (L'atelier ABCD'R du Club Arts et Loisirs) de la ciudad del sur de Francia de Argelès sur Mer. Desde el 2004, los miembros del taller organizan en el puerto de la ciudad, durante el mes de julio, una jornada del bordado, en la que inician a quienes lo deseen en el punto de cruz y otras técnicas de bordado.
Yo sustituí el nombre de la ciudad de Argelès (ciudad francesa en la que hubo campos de concentración donde estuvieron internados españoles, al final de la guerra civil española) por el de Madrid y puse la fecha.
Me encanta por la cantidad de motivos que tiene: una llave, un corazón, un gato, unas uvas, una cruz, una hoja, una cereza, una flor, una inicial, unas tijeras, un pájaro, etc.
Las grecas son variadísimas y elegantes, tanto geométricas como florales, sinuosas, en distintos tonos de rojo.
El tamaño pequeño de cada motivo hace que la labor no te canse, sino, al contrario, que te distraiga y en cada sesión de trabajo, por breve que sea, consigues terminar una de las grecas, iniciales u objetos realizados a punto de cruz.
Los abecedarios de punto de cruz surgieron como pruebas que se hacían antes de iniciar una labor de enjundia; solían ser de color rojo, porque, al parecer, era el tinte natural más fácil de obtener y el que soportaba mejor los lavados. En Lanzarote el color rojo se obtenía con cochinillas.
En la siguiente foto veis un primer plano de los distintos motivos, incluso una mosca, por si queréis copiarlos.
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